jueves, 24 de marzo de 2011

Pensativo, cogió dos piezas: un alfil de forma cónica y una torre cilíndrica.
El cono y el cilindro...
Le recordaba una fábula que había leído cuando era estudiante.
Dejó el cono tumbado sobre la mesa y le imprimió un impulso: el cuerpo giró sobre sí mismo. Imprimió el mismo impulso al cilindro: éste rodó por la mesa y acabó por caer al suelo.
Las dos piezas habían recibido el mismo impacto, pero seguido trayectorias diferentes. 
Moraleja: las personas reaccionan de formas distintas ante el mismo golpe de fortuna. Aunque no escape a mi destino, decido la manera de afrontarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario